Madre, tenerte es un hermoso premio que nos otorga el tiempo.
Los viajes en sulky a la escuela.
El asombro al ver nacer los pollitos de la cloeca.
El canto de los teros anunciando una visita.
El ordeñe bien temprano de las vacas para tener la leche para el desayuno y la merienda.
La llegada de mi padre del trabajo; del largo trajinar del chacarero.
Es por eso que ahora con nostalgia y compartiendo un mate, surgen los recuerdos.
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